Podemos trasladar a nuestra cocina un estilo newyorkino, típico del barrio de Tribeca o el Soho. Un loft, un espacio abierto luminoso y desenfadado, el espacio diáfano de las naves industriales reconvertidas que mantenían su esencia.
En la cocina, los muebles serán de madera, con tiradores grandes, robustos y metálicos. La encimera de madera o de colores neutros, como grises, negros y blancos. Modular y con estantes,con una campana decorativa metálica y de líneas rectas.
Traducir éste carácter, siguiendo unas sencillas pautas, es muy fácil. Aprovechar el espacio y conservar o recrear el aspecto industrial a través del cemento, metal y ladrillo visto. Dejar a la vista estructuras, vigas y columnas, mantener los techos altos que permiten jugar con altillos y prescindir de cortinas que disminuyan la entrada de luz.
Aprovechar cada metro cuadrado, colocar estanterías para libros de suelo a techo, y emplear elementos decorativos que evoquen a taller, fábrica o industria, mezclados con piezas llamativas y de diseño, grandes cuadros o láminas; plantas y alguna extravagancia.
La pureza de materiales, es la clave y la esencia del aspecto industrial en convivencia con elementos decorativos de gran tamaño o excéntrico y pintoresco. Si te gusta el ambiente desenfadado, apuesta por éste estilo.